sábado, 24 de julio de 2010

Prólogo al álbum de Bituaya (música electrocaribe y r-evolucionaria)

Bituaya: Músicas, sonidos, recuerdos, sensaciones, familia, política, cárcel, persecuciones, seducciones, percusiones y vientos y hechos y El Valle y, todavía más allá, ElValledelValle, Caracas, flotando, volando, entrando en fila china hacia nuestras almas, rosando nuestros tímpanos, masajeando nuestros cerebros, calentando nuestras gargantas, dilatando nuestros ojos, lagrimando, mojando nuestras manos, inflando nuestros pechos, demostrando de una vez por todas, de una vez en cuando, de una vez por vez, que en música, en política, en cultura, no hay r-evolución sin evolución, que todo proceso revolucionario es, antes que todo, un proceso evolucionario, evolucionado, evolucionante, envolvente, entubado, cambiado, cambiante, en el cual o corres o te encaramas, en esas camioneticas vallecocheras que te pone la vida, de vez en cuando y de cuando en mes, para subir, seguir, salir, viajar, estar, en una, en dos, en tres, en cuatroycincoyseis, y sieteyocho y nuevesydiez temas de un álbum, de este álbum, nueveydiez verduras de un saco, nueveydiez radios, en un camioncito, de Radio Verdura, de radio Bituaya, victoria, VIC, BI, tuaya, que no tira esa toalla, sudada, una vez enarbolada por son y sones, por sontizones, toalla roja, criminal, enorme, malandra que, entonces, cuando tenía que ser, fue, envolvió “nuestraméricaleatina”, de músicas, sonidos, recuerdos, sensaciones, familia, política, cárcel, persecuciones, seducciones, percusiones y vientos y hechos y El Valle, y todavía más allá, ElValledelValle, Caracas, y todavía más lejos, más allá, qué hacer, qué explorar, a quién joder y a quién cantar, improvisar, acariciar, tocar, romper, amar, criticar, qué habrá después de El Valle, después del fuerte, de Tiuna, de TiunaElFuerte, después de sueños, arquitectónicos alejandrinos, de ciudades de contenedores de sueños colocados unos encimas de los otros sueños de menores grafiteando, hiphopiando, produciendo sueños, radio y danza y violines y armas de destrucción masivas, que son letras y sones, y notas, y trazos, y noches, y rumbas, investigaciones, pero qué, y después qué, a dónde se va, dónde se llega, en qué espaciotiempo ordenar, estacionar el camioncito de radioverdurasontizóntiunaelfuertelaboratoriodeartesurbanas, dónde parqueamos a Piki, dónde guardamos a Aquiles, dónde ordenamos a Ernesto, en qué estante va Kronopio, si ya todo comenzó, recomenzó, inició, evolucionó, y otra vez nos toca salir despavoridos, desesperado, despeinados con las manos en la cabeza y descamisados detrás de ellos, allá lejos, allá abajo, en la izquierda de la izquierda, en la zurda de los ambidiestros, “vallecoche saliendo una vez, suda, música de conciencia, afrorevolution, saliendo, Aler, aler, alerta que camina, Amer, amer, América Latina, aler, aler, alerta que camina, Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia”.
(Silencio de corchea)
“Desde aquí te diviso Bituaya, más escondío que los vietnamita, con un cuba rebelde en la mano, maraqueando a lo venezolano…”.
(Silencio de negra)
Posdata a los consumidores de Bituaya: “Te volteas con uno con todos estás volteao”.

Miguel Ángel Pérez Pirela

1 comentario:

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