lunes, 25 de mayo de 2009

Medios de comunicación:

¿“Armas de comunicación masiva”?
Miguel Ángel Pérez Pirela

Expresa Paul Virilio, hablando de los medios de comunicación, en su libro Ciudad pánico: “se quiera o no, crear un acontecimiento es, en lo sucesivo, provocar un accidente”.
¿Tendrá acaso esto que ver con las armas de destrucción masivas que nunca fueron encontradas en Irak? Más allá de la evidente respuesta, lo cierto es que en tiempos de globalización la supremacía de “las armas de destrucción (los misiles) ceden su primacía estratégica a esas armas de comunicación masiva destinada a golpear los espíritus”.
Las lógicas de dominación han entendido que el efecto y la propagación de las armas comunicacionales de destrucción, y su arsenal científico tecnológico de irradiación planetaria, posee “un impacto audiovisual (en tiempo real) que se impone ampliamente, por su velocidad de propagación a escala mundial, sobre el impacto material, que es justamente blanco de los proyectiles explosivos”. De ello surge la nueva metodología de guerra utilizada a escala global: un hiperterrorismo que ataca los espíritus y no los cuerpos, a través del poder mediático.
La conclusión de Virilio es lapidaría: en el futuro el “Ministerio de la guerra” será superado y englobado por el “Ministerio del miedo”, cuyas armas serán satélites, cámaras, pantallas. Todo ello arremete definitivamente contra la concepción clásica de la guerra, que hoy día ha ido menguando, para hacer honor a un tipo de conflicto en el cual las principales víctimas son precisamente los civiles.Una prueba entre otras de esta descomposición de la guerra clásica nos es provista por la inversión del número de víctimas, puesto que en los conflictos recientes el 80 % de las pérdidas están del lado de los civiles, mientras que en la guerra tradicional era exactamente a la inversa. Si antaño se distinguía claramente la guerra internacional de la guerra civil – la guerra de todos contra todos – de ahora en más toda guerra que se precie de tal es primero una guerra contra los civiles.Según Virilio, tres son las dimensiones que, a los largo de la Historia, se han privilegiado al interno de las guerras. En un primer momento el autor coloca la dimensión “masa” que constituye el elemento fundacional de murallas, armaduras, legiones. La guerra era entonces estructurada a partir de un choque frontal entre masa versus masa. Más tarde el elemento fundacional de la guerra deviene la “energía”, estructurada a partir del movimiento propio de catapultas, arcos, pólvora, artillería y bombas. Pero ambas dimensiones de la guerra se limitan a un plano meramente material que, en cuanto tal, únicamente determinan lo físico, lo corporal.
Hoy día la situación bélica posee una complejidad desmedida y se ve reflejada en la tercera dimensión guerrera que es precisamente la “información”: “de allí este repentino cambio en el que la INFOWAR a aparece no sólo como una ‘guerra contra los materiales’, sino sobre todo como una ‘GUERRA CONTRA LO REAL; una desrealización por doquier en la que el arma de destrucción masiva es estratégicamente superior al arma de destrucción masiva (atómica, química, bacteriológica…).
¿Nos es acaso ésta una excelente parrilla de lectura para la interpretación de hechos que han marcado la historia reciente venezolana?
Si la respuesta es positiva tenemos que comenzar entonces un debate nacional con relación a los medios de comunicación vistos – ya no más ingenuamente – sólo como instrumentos para la defensa del derecho humano a la libertad de expresión, sino también como potenciales armas de comunicación masivas capaces de llevar a un pueblo entero hacia una inminente guerra de todos contra todos.

lunes, 18 de mayo de 2009

El suicidio de los intelectuales reaccionarios

Miguel Ángel Pérez Pirela

"C'est l'histoire d'un mec qui tombe d'un immeuble de cinquante étages; au fur et à mesure de sa chute il se répète sans cesse pour se rassurer: jusqu'ici tout va bien... mais l'important, c'est pas la chute c'est l'atterrissage."
“La Haine”, Mathieu Kassovitz

Érase una vez un grupo de “intelectuales” que se lanzaron sin más al vacío desde un piso 20. Mientras iban por el piso 18 decían en coro: “hasta aquí todo está bien”. Y seguían cayendo.
Tenían todavía algo de tiempo y, reflexionando entre ellos, no dudaron en afirmar que en el país existe un “régimen totalitario”. Aprovecharon de la “originalidad” del argumento y publicaron, ya por el piso 16: “El totalitarismo del siglo XXI. Una aproximación desde Hannah Arendt”. Se miraron satisfechos y dijeron “hasta aquí todo está bien”.
Continuaron su productivo descenso intelectual y, aprovechando del sabroso viento, abordaron el tema de los medios de comunicación: llegaron rápidamente a la conclusión que en Venezuela se está acabando con “los pocos medios privados que existen”. Cuando publicaron eso en El Nacional iban ya por el piso 14: “hasta aquí todo está bien”.
En medio de la erudita caída se dieron cuenta de estar más que de acuerdo entre ellos, y casi no fue necesario acotar su ingeniosa deducción: en Venezuela existe un inédito régimen “populista-autoritario-carismático”. No dejaron pasar por alto sus acuciosas intuiciones y se aprestaron a publicar en equilibradas revistas académicas artículos como: el “Poder reconcentrado. El populismo autoritario de Hugo Chávez” o “Carisma y política. El liderazgo de Hugo Chávez desde la perspectiva de sus partidarios”. Los artículos les valieron ascensos universitarios que nuevamente les inspiró, llegados al piso 12, la frase: “hasta aquí todo está bien”.
Ya por el piso 10 cambiaron otras clarividentes opiniones, esta vez sobre la universidad venezolana, y bastó una sola mirada entre ellos para concluir que: en el último decenio nunca existieron “misiones” universitarias y, por el contrario, se habían coartado las oportunidades de estudio superior para los nuevos bachilleres e incluso la autonomía universitaria. La brillante conclusión les valió algunos viajes a la OEA, Unión Europea y hasta la sede de la UNESCO en París: “hasta aquí todo está bien”.
Llegados al piso 8 los “intelectuales” se encargaron de anunciar a la comunidad científica nacional e internacional que según ellos: en la actualidad se estaba persiguiendo políticamente a los investigadores venezolanos; prácticamente no se había invertido en ciencia y tecnología; y no se había incrementado el número de investigadores en el país. El genial hallazgo científico les permitió a los “intelectuales” en cuestión acusar al país en la revista Nature; incrementar de dos líneas sus CV; y subir un escalón en el PPI. “Hasta aquí todo está bien”, afirmaron frotándose las manos.
Rozando ya el piso 6, afrontaron por fin el tema de la “represión” en Venezuela. Entonces, a través de su peculiar método epistemológico-semántico-iconoclástico-libertario, organizaron un mediático conversatorio-mesaredonda-conferencia-seminario en el cual se demostraba con pruebas sentimentales cómo el régimen totalitario-populista-fascista-carismático del siglo XXI arremetía, como nunca antes en la historia patria, contra el estudiantado venezolano. Ello los llevó a entrevistas televisivas en horarios estelares y primeras páginas de diarios de circulación trasNacional. Se miraron tranquilos: “hasta aquí todo está bien”.
Llegados al piso 4 se sintieron algo aliviados pues, el régimen castrocomunista venezolano en el cual quedan “pocos medios de comunicación privados”; el fascismo que ha dejado sin oportunidades a los bachilleres de la República y los ha reprimido y violentado; la dictadura enmascarada de democracia que persigue a los investigadores y deja sin insumos los laboratorios científicos… les había permitido a dichos “intelectuales” en los últimos 10 años una prolífica serie de libros, artículos, viajes internacionales, conferencias académicas, entrevistas espectaculares, etc.
Librosartículosviajesinternacionalesconferenciasacadémicasentrevistasespectaculares que son las pruebas irrefutables de que es realidad todo lo que nuestros “intelectuales” reaccionarios dicen sobre la realidad. Hasta aquí todo está bien.
Tocaron finalmente la planta baja y se sintieron terriblemente decepcionados al darse cuenta que también el suelo contradecía esa peculiar, académica y mediática realidad de ellos.
Planta baja totalitaria y autoritaria. Suelo fascista y carismático del siglo XXI.

sábado, 16 de mayo de 2009

Europa respalda visión de desarrollo en ciencia y tecnología que impulsa Venezuela

http://www.mercosurnoticias.com/

Instituciones, organismos de ciencia y tecnología de Alemania y de otros países de la Unión Europea (Fraunhofer Institut für System-undInnovationsforschung, InWent, Deutsche Forschungsgemeinschaft y DAAD, entre otros) académicos e investigadores, han reconocido los esfuerzos que algunos países de América Latina vienen adelantando y promoviendo para el desarrollo de la actividad del conocimiento en concordancia con las necesidades sociales y los problemas de la pobreza que viene arrastrando la región.
Estas apreciaciones han sido expuestas a raíz de la realización de las “II Jornadas de Integración Latinoamericana: Nuevo Marco Estratégico de la Cooperación Científico-Tecnológica en América Latina”, celebradas en la ciudad de Berlín, Alemania, desde el 27 al 29 de abril del presente año, indicaron académicos de la Universidad de Tubingen (Alemania), organizadores del encuentro.
Los resultados que este encuentro de reconocimiento internacional han arrojado, reconocen en forma particular los esfuerzos en materia de política científico-tecnológica que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela viene realizando tanto en la disminución de la dependencia tecnológica con los países desarrollados como en la articulación de la actividad científico-tecnológica con las políticas sociales.
Igualmente, han reconocido, a través de los resultados que fueron mostrados por el doctor Miguel Angel Pérez Pirela, Vicepresidente de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), la nueva visión de los centros de investigación del país con relación a la actividad de transferencia de conocimiento, a objeto de fortalecer la política nacional en ciencia ytecnología que atienda las necesidades sociales de la población.
En ese sentido, las instituciones de Europa también han reconocido las acciones que viene desarrollando el IDEA, afirmando que las mismas pueden ser de gran referencia para los países de América Latina y de la misma forma, un componente para la nueva visión estratégica que en materia de cooperación internacional desea llevar a cabo Europa con los países de América Latina.
También reconocen las instituciones y organismos de ciencia y tecnología de Europa como novedosa la proposición hecha por el doctor Rafael Palacios Bustamante, también investigador venezolano, de la necesidad de impulsar dentro del modelo de desarrollo socialista de la República Bolivariana de Venezuela y en el resto de los países de América Latina y el Caribe, un nuevo modelo de desarrollo para combatir los problemas sociales de la región basado en ciencia y tecnología.
De la misma forma, consideran oportuna otras apreciaciones hechas por el doctor Palacios quien reveló algunos datos vinculados con la inversión enciencia y tecnología a nivel mundial.
El doctor Palacios expresó de manera singular que: “del 5% de la investigación mundial que se realiza en ciencia y tecnología, tan sólo el 5% está dedicado a atender los problemas de la pobreza”. Asimismo, afirmó que: “la agenda política de los gobiernos de la región tiene aún una deuda con la sociedad en materia de ciencia y tecnología, porque aún cuando ha habido mayores esfuerzos de incrementar el presupuesto en esta materia se requiere de mayor voluntad política para entender y crear nuevas acciones que permitan articular las política científico-tecnológica con las políticas sociales, la inclusión y la cohesión social. Considerar a la ciencia y la tecnología como un asunto prioritario para atender la igualdad y la justicia social, es una acción indiscutiblemente revolucionaria”.

FUENTE ORIGINAL

FECHA: Publicado el (Viernes, 15 de Mayo de 2009)

domingo, 10 de mayo de 2009

Estado neoliberal vs República socialista

Miguel Ángel
Pérez Pirela

Asistimos hoy día a una privatización de un nuevo tipo. Privatización paradójicamente motorizada por el mercado neoliberal y acompañada por el Estado social.
Ello responde a una lógica impuesta, y por lo demás dominante, según la cual no es el “nosotros” lo que debe prevalecer en las relaciones y el convivir de los humanos, sino más bien el “yo”.
Pero hasta aquí estamos en el neoliberalismo.
Es así como algo parecido a un contrato social de base entre los individuos que regule el vivir juntos a partir de un acuerdo común, es visto por la ideología neoliberal como poco menos que un atentado contras las libertades individuales. Pero hasta aquí seguimos en el neoliberalismo.
De un solo plumazo y con total impunidad se atenta entonces contra toda una tradición contractual planteada de maneras diversas por autores como Hobbes, Rousseau o Locke, quienes con especificidades propias colocaban como punto de partida un acuerdo sociopolítico mínimo: para estar de acuerdo es necesario ponerse de acuerdo. Pero hasta aquí estamos en el neoliberalismo.
Planteado de ese modo dicho contrato inicial da lugar al nacimiento de un sistema a partir del cual los individuos están obligados a acordar leyes comunes para escapar así de un sistema en el cual naturalmente cada uno hace todo lo que su libertad le ordene sin importarle los otros. La ecuación es por ello muy simple: la libertad de cada uno elevada al infinito da como resultado la anarquía. Pero hasta aquí seguimos en el neoliberalismo.
El problema por ello es otro. El problema está cuando el neoliberalismo no trata de destruir el Estado, como suele pensarse, sino más bien la república que, en países como Venezuela, lo moldea.
Aquello que está entonces detrás de esta ideología de la libertad individual absoluta no es la muerte del “Estado”, sino más bien el deceso de la “república” en tanto que sistema político estructurante de las relaciones humanas desde una perspectiva social.
Es la república quién choca irremediablemente con esa lógica individualista según la cual todo lo que no sea libertad pura es “comunismo”.
En este sentido el Estado no puede, ni debe, ser considerado el producto último del contrato o acuerdo social. Ello no basta: un Estado puede ser sin problema alguno ese célebre “Estado mínimo” neoliberal cuya prerrogativa única es conservar ese estatus quo que le permite a algunos pocos explotar a la mayoría.
Entiéndase de una vez por todas – sobre todo en tiempos de crisis económica mundial –: un Estado puede ser, y de hecho en ciertos casos es, neoliberal.
De ahí entonces que no se debe ser exageradamente optimistas, o peor, enfermizamente ingenuos. En medio de una debacle financiera del capitalismo, aquellos que aupaban la muerte del Estado, ahora lo rescatan y celebran su sobrevivencia como instrumento fundamental para la sobrevivencia del modelo en crisis.
Un Estado mínimo neoliberal puede, y de hecho es, un garante del proceso de privatización, no solamente aupando dicho proceso, sino más aún acompañándolo y asegurando que el mismo se realice en santa paz social, sin levantamientos, rebeliones o revueltas que afecten un sistema en el que todo está en manos de pocos.
Termine entonces de caer ese mito, por lo demás naïf, según el cual Estado es antónimo de privatización neoliberal. Surja pues la lógica de un Estado que, para respetar los derechos inclusivos de todos, limite los derechos exclusivos de algunos. Eso se llama República.
Mucho se puede hacer por ello en la profundización de la revolución, empleando simplemente la idea de república como mucho más que parte del nombre de nuestro país.

martes, 5 de mayo de 2009

El valor de lo que no tiene precio

Miguel Ángel Pérez Pirela

Cuánto vale un ser amado y cuán poco todas las otras personas y cosas que habitaban ese Pueblo, por eso Gobernador cargó a sus esbirros con un sinfín de etiquetas con el precio que todos los seres en Pueblo debían tener, y en eso estuvieron durante semanas, cada objeto, por pequeño o grande que fuese, había sido etiquetado con el precio que le correspondía, porque aquí de una vez por todas los ciudadanos tienen que saber el precio de las cosas que, sin pudor alguno, tocan, huelen y comen y, ni siquiera los mangos que naturalmente caían de los árboles, ni los peces del Caribe, ni siquiera los machorros, ni el cacao que los niños chupaban por las calles, ni los guacamayos descansando en las matas, ni los buchones atragantados de peces, nada que estuviera en aire tierra o mar, se había salvado de ese inventario universal, de ese supermercado al aire libre en el que se había convertido Pueblo y, cuando se había acabado de ponerle precio a las cosas, comenzaron esos gorilas a etiquetar a los animales y, más tarde, a las personas, porque en esta vaina todo tiene que valer algo, menos tú, que nadie te colocó precio para que todos sepan cuánto vales y, cuando llegó la hora de nuestro paseo por el mercado, no lo pudiste creer, hasta las moscas que bailan arriba de las carnes y los pescados poseían etiquetas minúsculas en sus patitas traseras, claro mujer, 3000 moscas valen cuanto un grillo y 800 grillos valen cuanto un sapo y tres sapos valen cuanto una rata y 200 ratas valen cuanto una iguana y 10 iguanas cuanto un conejo y cinco conejos cuanto un gato y, al terminar el paseo, el amor de Gobernador sabía cuánto valía una vendedora de arepas, un frutero y hasta un padrecito, Gobernador, no puedo creer en lo que veo, hasta a las nubes allá arriba le pusiste precio y a las gotas de lluvia que caen los sábados al mediodía y a todo y a todos, que me miraban como a un espectro por no imaginarse ellos cuánto podía valer yo que no tenía precio y que, por eso mismo, en realidad no valía nada, contrariamente a su ama de llaves que, por haberse encontrado un precio pegado en la nalga izquierda, no tardó en irse al puerto a venderse y, por ser tan pobre la gente ahí, tuvo que venderse a crédito a panaderos, pescadores y hasta borrachos que le cambiaban botellas vacías de ron por besitos suyos y, mientras tanto esa mujer se buscaba y buscaba por entre sus senos, axilas, por entre su cabello y sus piernas, sin encontrarse ningún precio, por eso, llorando, le dijo a su ama de llaves, qué aburrido es esto de no tener precio, qué triste es esto de no valer nada y, para vengarse de ese tal Gobernador, persiguió por toda la casa a una banda de esos conejos que se la mantienen chamuscando todo en el patio y atrapó 5 entre sus manos de reina, y no dudó en robarles sus precios y pegárselos uno a uno ahí donde sólo él sabía y vaya si supo ese otro amante suyo que, a medianoche, se le presentó con un gato negro entre sus manos que te cambio ahorita mismo por tu cuerpo. Aquí está. Una a una ese Fantasma nocturno le despegó las etiquetas de conejos, que eran lo que esos dos traidores parecían, cuando por fin él encontró, ahí donde sólo ella hubiera imaginado pegarse, esa etiqueta, ¿ahí?, no más abajo, ¿ahí?, un poquito más arriba, ¿ahí?, a la izquierda, ¿ahí?, con cuidado que me duele, Fantasma.

viernes, 1 de mayo de 2009

Revolución sin ideología

Miguel Ángel Pérez Pirela

¿Quién puede dudar que exista hoy día una ideología imperante como forma de pensamiento, cultura y modo de vivir? Ideología que se hace todavía más peligrosa por su aceptación cuasi mundial en tanto que no-ideología.
De hecho, el neoliberalismo como ideología dominante basa su poderío precisamente en su carácter pseudo neutral, objetivo. Según éste, la única forma “natural” de convivencia, de poder vivir como seres humanos “modernos” en un “mundo globalizado” es la dictada por los cánones fundados en el neoliberalismo.
No es casual entonces que, delante de una debacle financiera como la que se está viviendo, las soluciones aplicadas vengan del mismo neoliberalismo. Ello no responde sólo a escondidas maniobras de algunos ladrones de cuello blanco para estafar a los ciudadanos del mundo. La realidad es que ésta es la forma natural de proceder por parte de un neoliberalismo que cree sinceramente que las soluciones sólo han de encontrarse en sí mismo. He aquí su carácter ideológico.
Lo cierto es que dicha ideología, sobre todo después de la caída del Muro de Berlín, no puede concebir sistemas de pensamiento, cultura y modos de vivir alternativos. Lo propio de la ideología neoliberal está entonces en pensar que la misma no es de ningún modo ideología.
Ideología para el neoliberalismo es todo aquello que se oponga o se proponga como alternativa a su lógica de dominación. El problema fundamental de su crisis actual no es por ende de índole financiero. Ojalá. La debacle que se vive en la actualidad tiene acepciones más complejas y profundas: se está derrumbando un modo de pensar, una cultura global, una metodología de vida. En una palabra: una cosmovisión.
Por ello lo grave no está, como suelen decir nuestros intelectuales de izquierda, en que se están invirtiendo sumas astronómicas para salvar a los culpables de la crisis neoliberal. Lo grave está en que el mundo se cae financieramente y, al mismo tiempo, sigue fuerte la ideología que, en forma de cultura, educación, arte, política, deporte, belleza, y pare usted de contar, nos trajo hasta este despeñadero.

Por ello es urgente preguntarse: ¿qué se está haciendo en la Venezuela de hoy día para cambiar dicha ideología dominante?
Ideología que basa su poderío en, por lo menos, cuarenta años de ideologización “cuartorepublicana”, durante los cuales para ser felices bastaba con consumir, donde el 12 de octubre se celebraba el descubrimiento de América y Rómulo Betancourt era el padre de la democracia.
Quien les escribe fue instruido por una educación cuya escuela principal era la televisión de los años 80 y 90, y cuyas maestras fueron las películas estadounidenses y sus súbitos cortes comerciales que nos vendían todo tipo de productos. En los años de nuestra infancia y adolescencia, cuando se llegaba a la escuela, la mayoría de los libros escolares eran concebidos, producidos y vendidos por trasnacionales de la “educación”; el sueño de nuestras hermanas y primas era ser Miss Mundo como Pilín León; crecimos preocupados por el derecho humano a la vida de Rambo y Rocky, mientras celebrábamos las muertes de los vietnamitas y los rusos; soñábamos con visitar el castillo de Disneylandia estampado en nuestros útiles escolares y loncheras; nos agarrábamos de las manos todos los venezolanos con el “Puma” José Luís Rodríguez.
¿Había algo de ideología en todo esto? ¿O es que la “ideología” es sólo toda “ideología” alternativa a la “ideología” neoliberal?
Es indudable que, sobre todo en estos momentos de debacle financiera neoliberal, dicha ideología continúa realizando disciplinadamente su trabajo alienador a través de sus medios de comunicación masiva, su educación básica y superior, su cultura global y, cuando la cosa se pone dura, sus armas de destrucción masiva. La ideología neoliberal continúa trabajando en todos los terrenos y con todos los medios.
Pero lo más grave no es que ésta haga su trabajo. Lo preocupante es que formas otras de pensamiento no hagan el suyo.
Basta pensar que nuestra Ley de Universidades data de los años 70 y la Ley Orgánica de Educación de los 80. Basta pensar en la ausencia total de límites mínimos a nuestros medios de comunicación privados. Basta pensar que con orgullo se anuncia que la crisis no nos ha tocado, pues seguimos consumiendo.
Como si la verdadera debacle fuera financiera. Como si el neoliberalismo en tanto que forma de pensamiento, cultura y modo de vivir en Venezuela estuviera en debacle.