jueves, 25 de noviembre de 2010

"Pueblo" es la historia que no tiene que vivir Venezuela

(Entrevista Semanario "Todos Adentro" por Estela Ríos)


Pérez Pirela en una nueva faceta
La novela presenta una inmensa reflexión sobre los desvaríos de las dictaduras latinoamericanas, y es que el autor considera que hoy más que nunca hay que escribir sobre las dictaduras, y hoy más que nunca hay que saber cuáles fueron los errores que se cometieron en el pasado
Miguel Ángel Pérez Pirela, se muestra  en una nueva faceta, él es conocido por muchos como el director y presentador  del programa matutino que transmite Venezolana de Televisión, Cayendo y Corriendo, es el Vicepresidente del Instituto de Estudios Avanzados Idea, y ahora nos sorprende con su primera novela Pueblo, presentada el pasado cinco de noviembre  a sala llena en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos.
Pérez Pirela, ya ha escrito tres libros La apuesta de los dioses (2000), Perfil de la discusión filosófica política contemporánea (2005) y Del Estado posible(2008). Sin embargo, Pueblo es su inicio en la narrativa, y en ella relata cómo es una vida en dictadura.
Contó que Pueblo es  una novela de Amor, en la que él trabajo aproximadamente unos ocho o nueve años de su vida, tiempo en el que hizo tres tipos de investigación. Para conocer más de esta experiencia, Todosadentro conversó de manera amena con el autor de esta novela.

-¿Cuáles fueron esas tres investigaciones en las que te basaste para escribir Pueblo?

-Primero una investigación Socio Política, de lo que quiere decir la palabra pueblo, la hice en un postdoctorado en París. Después una investigación musical sobre el Jazz, porque en Pueblo está el Jazz por todas partes, fue la música de los afro descendientes, porque aunque ahora sea una música elitesca, fue la que dio origen a mucha de la música contemporánea que nosotros conocemos de gente excluida en Nueva York.
Siempre digo que ‘contrariamente a las películas que tiene bandas sonoras, las novelas no lo tienen, pero Pueblo si tiene una banda sonora, leyendo Pueblo, casi que puedo escuchar el Jazz por todas partes’. El tercer elemento es el literario, Pueblo no nació por si sola, se inscribe en una tradición literaria de grandes novelas, sobre el tema de la dictadura, nosotros en estos momentos vivimos en una democracia participativa y protagónica con elecciones cada año, pero algunas veces nos olvidamos que toda nuestra región estuvo castigada por dictaduras de extrema derecha, muchas de ellas apoyadas por los Estados Unidos, lo que hizo que nacieran novelas como el Otoño del Patriarca de Gabriel García Márquez, El discurso del método de Alejo Carpentier y La Fiesta del Chivo de Vargas Llosa, ‘mal político pero buen escritor’.

-¿Por qué recurrir al amor para tocar temas de política?

-Ciertamente Pueblo es una novela de amor, de despecho, de desilusión, porque uno de los elementos de la política es el amor, no hay política sin amor, pero el amor como pasión, y todo amor tiene un odio, y yo creo que en las grandes vertientes de la política, cuando se odia es la dictadura, cuando se ama es la democracia participativa y protagónica.
Yo creo que este es un momento estelar en la historia de Venezuela, porque es un momento en que una generación que ya pasó, y a la que se le llamó la generación boba, y que estaba castrada, decía que lo único que podía pasar de bien, era que vinieran los gringos a ayudarnos. Ahora resulta, que este país, nos da a los jóvenes la oportunidad de expresarnos en varias facetas, por eso yo creo que una de las facetas que hace parte de mi, y que es una de las más íntimas y la que más le dedico tiempo, es la escritura, y creo que en la escritura, el AMOR, llega mucho y puede ser más penetrante que un discurso político, pero insisto, la política y el amor van de la mano.

-¿ Y Por qué la ficción?

-La investigación es sociopolítica, pero todo transformado en ficción, en Pueblo hay cuentos de torturados de Uruguay y de exiliados de Argentina, pero la novela no es descriptiva. Yo estoy por la novela fantasmal, por la novela que está unos centímetros por encima de la realidad. Esto incluso es asi en las relaciones de amor y eróticas, las cosas uno no las describe, a veces sólo hace falta susurrarlas para que ya el resto se sepa.

-¿Cuál es la reflexión que plantea en ese juego de amor y ficción que presenta Pueblo?

-Hay una inmensa reflexión sobre los desvaríos de las dictaduras latinoamericanas, y es que hoy más que nunca hay que escribir sobre las dictaduras, hoy más que nunca tenemos que saber cuáles fueron los errores que se cometieron en el pasado y en otros países, y sobre todo delante de una oposición con la cual yo puedo discutir, y con la  que estoy de acuerdo al diálogo, hasta que ellos me digan que esto es una dictadura. Yo creo que esta novela demuestra qué es realmente una dictadura y qué puede ser. Yo creo, que en tiempos de democracia tenemos que echar la vista atrás y reflexionar sobre la dictadura.

-¿También define a Pueblo como una novela experimental, Por qué?

-Porque no es una novela que se le da al autor ya digerida. Son tres novelas en una, porque hay tres estilos de escritura, se pasa de la primera, a la segunda y a la tercera persona, sin ningún punto y seguido o punto y aparte. Hay páginas sin un sólo punto, pero hay otra parte que es muy clásica, diálogo con su márgenes. Una historia con cada tipo de escritura, que luego se repite, y en el medio hay un cuento.

-Mencionó que estamos en una época donde se pueden cumplir varias facetas, incluso tú las cumples en Cayendo y Corriendo, en IDEA , en RNV,  y como escritor. ¿Es el mismo Miguel Ángel en cada uno de estos espacios?

-(risas) ... Sí, es el mismo Miguel Ángel, aunque muy cansado... Es el mismo porque el Miguel Ángel de Cayendo y Corriendo, el Miguel Ángel Vicepresidente del IDEA, y el Miguel Ángel escritor están unidos por la investigación y la reflexión. Estos aspectos unen a este Miguel Ángel y simplemente lo que expreso de forma diferente son los resultados de esas investigaciones. Uno a través de una novela de amor, otro a través de un artículo académico y otro a través de Cayendo y Corriendo.

-Hablaste de hacer muchas investigaciones, incluso para poder definir Pueblo. Después de esa investigación y de escribir la novela que lleva ese nombre, cómo defines hoy la palabra Pueblo

-Mira, Pueblo ha dado para todo. Incluso por eso la novela se llama Pueblo y no El pueblo. Entonces, Pueblo quiere decir todo y nada, y el peligro de no definir qué quiere decir Pueblo, puede llevarnos a desvaríos populistas. Por ejemplo, Pueblo es lo contrario a una ciudad, pueblo es campo, pueblo es lo que puede definir una nacionalidad. Yo creo que debemos darle sentido nuevamente a la palabra Pueblo, creo que si la resemantizamos, le estaríamos haciendo un gran favor a la reflexión sobre lo que está pasando en estos momentos en Venezuela. En este caso se trata de un pueblo pasivo, que se deja dominar, es decir Pueblo describe el anti-pueblo. Me causa mucha satisfacción escribir Pueblo desde una revolución, triste hubiese sido, hacerlo desde una dictadura.

-¿Cuál es la contribución que da Pueblo a quienes la lean, en el sentido de ese mismo convivir que llevan  los habitantes del Pueblo?

-La primera contribución que quiero que le haga a la gente, es una contribución a la belleza como toda obra de arte, que la gente le guste y se enamore. Y que el pueblo venezolano entienda que toda revolución pasa por la cultura, es decir, no hay revolución sin cultura, ésta en el sentido más amplio. La  única contribución que quiere Pueblo para la Revolución Bolivariana, es que sea considerada como una obra de arte, fruto del esfuerzo sociopolítico que todos los venezolanos estamos haciendo en esta revolución.

-¿Se demuestra un conformismo en la gente de Pueblo, a quién se te asemeja ese pueblo y quién está reflejado allí?

-El pueblo que se define en Pueblo, es un anti pueblo que se deja subyugar por un gobernador enamorado. Ese pueblo no tiene nada que ver con el pueblo venezolano actual, un pueblo alzado que exige y que es capaz de salir a la calle como un 12 o 13 de abril. Pero si se parece a esos pueblos que colocaron de rodilla en Uruguay, en Argentina, en Brasil, en Chile con el plan cóndor. Pero definitivamente Pueblo, es la historia que no tiene que vivir Venezuela.

Pueblo no es una obra para vender, es una contribución artística al proceso
que estamos viviendo


jueves, 18 de noviembre de 2010

Pérez Pirela: “La política es una pasión, una relación de amor” (entrevista de El Nuevo Pais)

Sébastien Brulez

El autor asegura que la revolución necesita obras literarias de nivel, no sólo panfletos
El filósofo y escritor venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela presenta Pueblo, su último libro, “una novela de amor”. En el relato se entremezclan la historia de una dictadura latinoamericana del siglo XX y las relaciones de amor (y también de odio) que viven sus protagonistas
Pueblo es el cuarto libro de este autor venezolano, sin embargo lo siente como su primero. Quizás por el amor y el esfuerzo que le ha dedicado. Fueron ocho años de gestación y de investigación. El resultado es una obra “onírica”, como la describe él mismo, que se inscribe en la tradición literaria de las novelas que hablan sobre las dictaduras en América Latina.

¿Cuál es el tema de esta novela?

Pueblo simplemente es el espacio tiempo en el cual se desarrolla la novela. Ésta tiene varios puntos fundamentales. Trata el tema al mismo tiempo del amor, del erotismo, unidos al poder. Porque detrás de todo discurso sobre el poder hay un discurso sobre la sensualidad y el erotismo. En este caso, uno de los protagonistas es Gobernador, que
es el dictador conservador de derecha que nosotros tuvimos durante todo el siglo XX en Latinoamérica.
Y hay un contra-personaje o un contra-protagonista que es Fantasma, es la figura del anarquista, del guerrillero suramericano. En este caso los dos luchan por una sola mujer, que más que una mujer son todas las mujeres al mismo tiempo.
Entonces es una lucha desde dos perspectivas, de control de ella a través del dictador, que cambia todo el pueblo con tal de que se adapte a ella. La lleva a pasear y hace que se detengan los carros, se detenga el viento, todo. Va controlando Pueblo por el amor a ella. Y por otra parte en las noches llega un tipo, un anárquico, que la toma por debajo de las piernas y la hace volar por todo Pueblo y que la libera. Y ese es Fantasma, el anarquista.
Alrededor de estos personajes se tejen otras historias. Yo diría que se trata de tres novelas en una sola. Hay también otro elemento que es fundamental en la historia, y es el jazz. Desgraciadamente el jazz ha sido robado por las élites, pensando que es una música solamente para escuchar en Nueva York, en un buen bar tomando un vino francés. Pero resulta que el jazz a inicios del siglo pasado era la música de los negros, excluidos, alcohólicos, drogadictos, pero de grandísimo valor musical. Pueblo habla de la política, es una reflexión sobre la dictadura y el poder, el amor y lo que es posible llegar a hacer por el amor. No es una novela rosa ni nada, es un amor muy sensual, muy pegado a la tierra, muy concreto. Los personajes se llaman por su nombre, el gobernador se llama Gobernador, el fantasma se llama Fantasma, el prisionero se llama Prisionero, el secretario se llama Secretario y pueblo se llama Pueblo. El lector tiene la vista de Prisionero, que es un escritor encarcelado por la dictadura que va describiendo todo lo que pasa en Pueblo. Y al momento de escribirlo no puede escribirlo, puede describirlo. Es decir que el escritor está dentro de la novela.

Más allá del tema de la dictadura, el tema amor-poder recuerda un poco la relación que se le atribuye al presidente Chávez con el pueblo...

Si. Esta novela puede prestarse sin duda alguna a malas interpretaciones y a pensar que yo estoy hablando del presidente Chávez y avalando, de alguna manera, la idiotez más grande del planeta que es que aquí hay una dictadura.
Para escribir esta novela estuve en Argentina y en Uruguay, hablando con torturados, hablando con verdaderos exiliados y verdaderos presos políticos que pasaron 20 años fuera de su país. Pero esto es un paréntesis. Yo creo que todo poder es una relación de amor. El poder dictatorial es una relación de amor consigo mismo. El poder también puede ser una relación de amor, de frenesí como lo dijo alguna vez alguien sobre el presidente Chávez, con el pueblo. Pueblo se llama Pueblo precisamente porque yo creo que detrás del objeto de toda la novela está una reflexión sobre el desamor de un gobernador a un pueblo, que se ve reflejado en el amor a una persona, esa persona puede ser él mismo al final. Creo que la diferencia entre la dictadura y la democracia se basa también en una relación de pasión, de amor. En el caso de la dictadura, Yo el Supremo de Roa Bastos por ejemplo, el dictador se ama a sí mismo. Gobernador, en el caso de Pueblo, ama a otra persona y para liberar a esa otra persona es capaz de oprimir a toda la mayoría, a todo el resto. La política es una pasión, es una relación erótica y una relación de amor, de uno o varios –uno si es un dictador, varios si es una oligarquía– con un pueblo. Y como toda relación de amor también puede ser una relación de odio.

¿Cómo describiría Pueblo? Antes se hablaba sobre todo de clase obrera, de trabajadores, pero ¿qué es pueblo?

Muy buena pregunta. Yo estuve más de 10 años de mi vida haciendo una maestría y un postdoctorado sobre una sola palabra: “pueblo”. Y pueblo pueden ser muchas cosas. Puede ser una clase social: el pueblo contra la élite. Pueblo puede ser una no-ciudad, algo que está fuera de la ciudad. Y pueblo puede ser también una identidad: pueblo venezolano, pueblo francés, pueblo estadounidense, pueblo colombiano. Y desgraciadamente “pueblo” ha dado para todo.

Decir las cosas sin decirlas:

En su cuarto libro, Miguel Ángel Pérez Pirela nos regala una  obra sociopolítica, la cual espera que acabe con una tradición de la literatura venezolana que califica de “muy realista”. “El cine y la literatura venezolana son muy descriptivos. Por eso tiene tanto impacto el tema de los malandros, del secuestro, etc. No quiero generalizar, pero el escritor venezolano describe mucho; es una literatura muy dura, muy testimonial, es una literatura muy periodística en muchos casos. Pueblo no es eso, Pueblo se inscribe en esa tradición completamente onírica; pienso que uno puede decir las cosas sin decirlas, uno puede sublimar las relaciones de poder”. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Luis Britto Garcia: "Pueblo" (sobre Novela de M.A. Pérez Pirela)


PUEBLO




Invenciones e ideas

Hace tiempo trabajo en el tema de las relaciones entre las ramas de la cultura de una misma época, y de las conexiones entre las obras de sus creadores. Para ello es clave el análisis del caso de los polígrafos, a fin de determinar si quienes cursan varios géneros aplican en ellos estrategias estilísticas similares. Por la elección del tema, por la elegancia del estilo, por la sensorialidad y la recurrencia de sonoridades, nada hay más parecido a los poemas de Rubén Darío que sus ensayos y relatos. La narrativa y las obras históricas de Enrique Bernardo Núñez son concisas, aforísticas, fulminantes, plenas de una denuncia contenida por la aparente impasibilidad del autor. Las novelas de Rómulo Gallegos pretenden probar sus tesis positivistas de La Alborada. Se comprenderá así el redoblado interés que para mí reviste la novela Pueblo, de Miguel Ángel Pérez Pirela. El autor es académico y perspicaz analista político, fascinado por los sistemas implacables de Nicolás Maquiavelo y de Tomás Hobbes, y autor de ensayos de impecable construcción racional sobre temas tan actuales como El Estado posible o tan alarmantes como El Paraestado. Una aplicación simplista de la hipótesis sobre la unidad esencial entre las estrategias aplicadas a géneros diferentes haría esperar de él quizá una novela de tesis sociopolítica que funcionara, al modo de las narrativas de Voltaire, como elegante demostración de una posición teórica.


Amor y poder
En lugar de ello, Miguel Ángel Pérez Pirela nos entrega una novela de amor. Hacia el último tercio del siglo pasado, Juan Liscano sentenció, con razón para su época, que la literatura venezolana había sido preponderantemente testimonial y realista, y casi nunca onírica o fantástica. Tampoco, añadiríamos, ha sido erótica ni amorosa. Fuera de la fulgurante Peonía, de Manuel Vicente Romerogarcía, que de una vez pone en pie nuestra vacilante narrativa decimonónica y la echa a andar por sendero propio, las tramas sentimentales sirven invariablemente para ilustración de tesis positivistas, como en Gallegos, o como tenue tejido a ser desgarrado por las amarguras de la lucha armada, como ocurre en las narrativas de Argenis Rodríguez. Apenas una poco divulgada novela de Alfredo Armas Alfonzo, Este resto de llanto que me queda, hurga a plenitud en la herida que ningún aquejado quiere ver curada. A pesar de su título sociopolítico, Pueblo es una historia sentimental. Miles de trabajosos intercambios de abusos y dislates ocurren entre sus habitantes. El principal es la omnipresente pasión contrariada, que crea un ambiente tan obsesivo como el del calor. Su opaca frustración redime todo. Dentro de este sentimiento que es como un clima, toda trivialidad tiene su sitio y todo fracaso su redención.


Personajes y funciones


En su lacerante película Dogville, Lars von Triers sustituye los decorados de un villorrio por un plano pintado en el suelo donde dice: Calle, Abasto, Telégrafo, Taller. Una silueta canina trazada en la vía luce el rótulo Perro. Miguel Ángel bautiza a sus personajes según las funciones que cumplen en el relato: Gobernador, Secretario, Esaaquellalaausente, Fantasma, Maríadelosángeles, Prisionero, Marinero. Para completar el sistema, la misma aldea no tiene otro apelativo que Pueblo. Pero se trata de un esquema de los personajes y no de personajes esquemáticos. Si bien el nombre es un destino, los nombrados justamente se debaten dentro de él y contra él y por momentos lo exceden. Gobernador, por ejemplo, recipiente propicio para acumular todos los lugares comunes sobre la autoridad despótica, ignorante o inflexible, es un ser que recibe su investidura jerárquica como sin pensar en ella, obsesionado por el más poético de los sinos que puede afligir a un alma antipoética: el amor no correspondido. Una frase magistral lo presenta de entrada: “Era una simple prolongación de ella, un enamorado”. Como en los retablos medievales de Patinir o del Bosco, en Pueblo cada ser tiene un lugar predestinado dentro de la composición, pero la ejecución crea una perpetua disyuntiva entre resignación y maravilla, cotidianidad y milagro, predestinación y albedrío.


Sitio y fecha
¿Dónde y cuándo ocurre Pueblo? Su ambiente vagamente caribeño con bahía marina sugiere la costa venezolana y quizá la del Zulia, pero Pueblo podría estar en ninguna parte o en todas. Algunas menciones lo invisten de contemporaneidad, pero Pueblo podría ocurrir en cualquier momento o siempre. La inmovilidad esencial de los roles sugiere una atemporalidad que con un pequeño esfuerzo podría convertirse en eternidad.


Forma y fondo
Una obra se logra en la medida en que armoniza forma y fondo. A este enfrentamiento entre predestinación y libertad corresponde la tensión entre un estilo descriptivo riguroso y nítido que sin embargo entrecortadamente admite las técnicas del monólogo interior. No nos extrañe entonces que por momentos una oración empiece con la impersonal tercera persona del narrador, para saltar repentinamente a la primera persona de algún personaje, continuar con el pensamiento de éste y luego con la respuesta de otra voz. Este ejercicio no genera indescifrabilidad sino frescura coloquial. Por momentos las oraciones se hacen largas y densas, quizá para sugerir el envolvente calor, pero siempre cuentan cosas apasionantes. A veces son chismes sobre la gente de Pueblo. A veces tejen paradojas metafísicas, como cuando Gobernador envía a sus matones a poner etiquetas con su precio a todos los seres de Pueblo, y así se sabe que 3000 moscas valen cuanto un grillo y 800 grillos valen cuanto un sapo y tres sapos valen cuanto una rata y 200 ratas valen cuanto una iguana y 10 iguanas cuanto un conejo y cinco conejos cuanto un gato, hasta que tienen precio todos los hombres y las mujeres y aun lo inapreciable.


Acercar esa línea del horizonte
Estas sorpresas narrativas están contadas con frases no menos sorpresivas. Se afirma de repente que “las mujeres son como los gatos, ven cosas que nadie ve”. El personaje poderoso afirma: “Secretario, imagínate el aburrimiento de un mundo sólo de ricos”. Se explica que “Gobernador nunca pensó de forma concreta en el final, por eso era Gobernador”. Se describe con hiriente nitidez la obsesión amorosa anotando: “Sus ojos, los de él, poseían la cadencia de los pasos de ella”. O también se registra que “Él era un minúsculo monumento en la apoteósica plaza del cuerpo de esa mujer”. Se verifica que “Los verbos en pasado son los progenitores de la melancolía”. En algún lugar se establece que “Hay que acercar esa línea del horizonte porque, carajo, está muy lejos de Pueblo”. Acercar el horizonte, hacer próxima la distancia, es el imposible que todo amor y toda narrativa se propone. Son frases que bien valen por su vistosidad, como el traje de novia que la prostituta Rosita anhela, no para casarse, sino para lucirlo los domingos.


El matrimonio de la imaginación y la lógica
Cerremos con una aproximación forzada o forzosa al enigma que nos ocupa. Siempre han sido evidentes pero inexplicables las relaciones entre el discurso fantasioso de la imaginación y el riguroso de la lógica. William Blake concertó un Matrimonio del Cielo y del Infierno; bien podemos proponer otro entre el Sentimiento y la Razón. Se puede articular El Estado posible como proyecto mientras se verifica la ingobernabilidad del Paraestado, o quizá de Pueblo. Todo ensayo es el frustrado intento de organizar el caos que brota de la realidad o del imaginario. Trabajar en ambos mundos es la pasión, única vía para comprenderlos y quizá sobrevivirlos.


http://luisbritto.Wordpress.com
Versión en francés, gracias a la invalorable ayuda del amigo Romain Vallée: http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com
Libros de Luis Britto en Internet:
Rajatabla: www.monteavila.gob.ve
Libros de Luis Britto en Internet:
Dictadura mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve
La paz con Colombia: www.minci.gob.ve

viernes, 5 de noviembre de 2010

Pérez Pirela: “Pueblo” es mi libro más maduro, sincero y reflexivo


Doctor en filosofía política y conductor de VTV

Pérez Pirela: “Pueblo” es mi libro más maduro, sincero y reflexivo

5 noviembre 2010 |
El escritor marabino presenta su primera novela hoy a las 6:30 en el Celarg
“Esta novela no es una oda a la Revolución”
El conductor del programa Cayendo y corriendo que se transmite por Venezolana de Televisión, Miguel Ángel Pérez Pirela, debuta este viernes en la narrativa venezolana con un relato sobre la vida en dictadura, de lo que pasaría si los integrantes de una comunidad no fueran participativos y protagonistas en el ejercicio del poder. Pueblo, es una “provocación” a la liberación del absolutismo político.
“Esta es una novela extremadamente dura, donde se ven los desvaríos de un gobernante que en nombre del amor de una mujer va cercenando la libertad de un pueblo”. También es la historia de “un anarquista, un revolucionario que en nombre del amor a esa misma mujer va liberando”, reveló el autor sobre el libro que presentará hoy a las 6:30 pm en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg).
Esta no es la primera obra literaria que tiene como protagonista a un autócrata. De hecho, el escritor marabino se inspiró en Gabriel García Márquez, y su libro El otoño del Patriarca; en Alejo Carpentir conEl recurso del método; Augusto Roa Bastos, que escribió Yo, el Supremo; y hasta en Mario Vargas Llosa, que es el autor de La fiesta del Chivo.
Para obtener un doctorado en filosofía política, Pérez Pirela investigó durante unos ocho años las dictaduras latinoamericanas y a los gobernantes de la ultra derecha regional. En viajes por Argentina y Uruguay conversó con gente que sufrió el absolutismo político en los países del sur, y fue cuando comenzó a indagar en la literatura latinoamericana sobre regímenes antidemocráticos.
El nombre de la obra viene de sus investigaciones de posgrado y posdoctorado que se centraron en el significado de la palabra “pueblo” para la Revolución Francesa, Adolf Hitler, Benito Mussolini y Salvador Allende. “Desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, todos tienen la palabra pueblo en la boca”, agregó.
“La novela -comentó- surge precisamente del estudio. No es una novela para nada académica o academicista. Es una novela con un lenguaje casi oral. Extremadamente caribeña e inscrita en las problemáticas, no sólo del Caribe sino también de América Latina. Es una novela que trata de la dictadura, ese tema tan recalcado por la oposición venezolana”.
“Ahora en Latinoamérica es que tenemos procesos democráticos que nos han costado muchísima sangre. Para llegar a esta democracia participativa y protagónica hubo un Caracazo, y así en casa país”, acotó el autor del ensayo Del Estado posible (Monte Ávila, 2008).

EL PRIMER LIBRO DE VARIOS

La obra también será bautizada en la Filven 2010
Con un total de cuatro libros publicados y a sus 33 años, Pérez Pirela afirmó no tener el mismo nivel de los literatos en los que se inspiró. Sin embargo, entra por la puerta grande de la literatura nacional.Pueblo se publicó en la colección Continentes de la editorial estatal Monte Ávila, destinada a “recoger la mejor producción narrativa venezolana y latinoamericana de todos los tiempos”.
Contó que su primera obra literaria se publicó en Roma (Italia). La apuesta de los dioses (2000) reunió cuentos y poesía a los que le resta importancia. “Espero que la quemen, que desaparezca”. “He escrito muchas cosas, digo otras tantas en radio y televisión, hago público muchas cosas”, pero Pueblo, a pesar de ser mi cuarto libro, es a la vez mi primer libro, es más maduro, más sincero, más reflexivo”.
Espera que la obra tenga un impacto fuerte en Venezuela, ya que en el texto sembró esperanzas y desnudó sus emociones. “Ahí he hecho todo, no solamente lo que soy, sino lo que percibo del amor, del erotismo y de la política”.

ESTÉTICAS PROPIAS


Pérez Pirela considera que toda Revolución debe tener expresiones artísticas propias y estima que su primera novela sea un aporte al catálogo de las artes en el proceso Bolivariano.

“Esta novela no es una oda a la Revolución, es una novela de lo que pasaría sino se hace la revolución.De lo que puede hacer un gobernante si no hay un pueblo ahí presente. De ahí su nombre, que es muy provocador”, alegó.
A sabiendas de lo perciban como prepotente, el autor pidió al público que lea Pueblo sin maniqueísmos. “Esta novela se presta para todo”. Desde que la oposición lo acuse por ser un intelectual de la izquierda que escribe de la dictadura, hasta que revolucionarias y revolucionarios utilicen frases descontextalizadas diciendo: “¡Qué linda es!”.
Todo confluye para que sea perfecto. La novela “no se podía publicar sino era en Monte Ávila Editores. Hay otras casas editoriales internacionales que se ofrecieron pero tenía que ser publicada en la colección Continentes. Pueblo tenía que se prologada por Luis Britto García, dos veces Premio Casa de las Américas, un orgullo literario de Venezuela y un gran revolucionario. Pueblo tenía que ser presentada en el Celarg por Britto García, Roberto Hernández Montoya y Carlos Noguera. Están todos los elementos para que esto sea una de las novelas de la Revolución”.
T/ Várvara Rangel Hill
F/ Hector Rattia

(Diario Ciudad CCS): El Pueblo según Pérez Pirela


El Pueblo según Pérez Pirela

05/11/10.- A los 17 años de edad partió a Italia para estudiar Filosofía, gracias a una beca que obtuvo en la Escuela Niños Cantores del Zulia. “Allá en Europa no hice la vida de rico. Trabajé muchísimo, hice de todo, desde participar en cantos gregorianos hasta cuidar niños con síndrome de Down”, explica.
Miguel Ángel Pérez Pirela es quizá uno de los escritores jóvenes más prominentes de Venezuela. A pesar de su juventud, tiene una responsabilidad enorme sobre sus hombros como filósofo, comunicador, intelectual y escritor.
Regresó a Venezuela después de 11 años ininterrumpidos en Europa. “La Revolución Bolivariana me trajo de vuelta”, dice.
Hoy a las 6:00 pm, Pérez Pirela estará presentando su más reciente obra literaria, Pueblo, en el hall del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg).
En palabras del escritor, Pueblo se inscribe en una tradición literaria latinoamericana donde se encuentran obras sobre las dictaduras como El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez, Yo el supremo, de Augusto Roa Bastos, y El recurso del método, de Alejo Carpentier.
—¿Cómo, por qué y en qué momento surgió Pueblo?
—Pueblo, a pesar de que es mi cuarto libro, yo lo considero como el primero. Es una obra a la cual le dediqué casi nueve años de mi vida. Lo escribí casi todo en París, pero con viajes a Venezuela, Argentina y Uruguay. Es una novela que habla sobre las dictaduras de extrema derecha de los años 50, 60 y 70, que surgieron del Plan Cóndor.
Las dictaduras y el amor
En Pueblo hay dos personajes principales, Gobernador y Fantasma. Gobernador es el dictador y Fantasma es un revolucionario de extrema izquierda, ambos aman a la misma mujer: Esaquellalaausente.
—Existe en medio de toda esta historia un hilo conductor, que es el amor…
—Ya tengo 15 años estudiando la política y el mapa político espiritual de todos nosotros, y me doy cuenta de que si hay algo que tiene que ver con el amor y con el odio, es la política. Pueblo es una reflexión de la política a través del amor.
—¿Qué autores te han influenciado en tu oficio de escritor?
—Me han influenciado García Márquez, con su libro El otoño del patriarca, Julio Cortázar con Rayuela, los poemas de Pablo Neruda, los de Federico García Lorca y también el cantante brasileño Chico Buarque.
—¿En qué sentido te ha inspirado Chico Buarque?
—Él fue perseguido por la dictadura y tiene una canción que dice: “mañana será otro día hoy es usted el que manda, lo dijo, está dicho, es sin discusión, ¿no?. Toda mi gente hoy anda hablando bajito, mirando en el rincón, ¿vio?”, y esto me inspiró muchísimo.
—¿En qué tipo de público piensa Miguel Ángel cuando está escribiendo?
—Muchas de las grandes obras latinoamericanas se han escrito desde el extranjero. Por ejemplo, El coronel no tiene quien le escriba, se escribió en el barrio latino de París, Las venas abiertas de América Latina, en Barcelona, y así hay muchas otras. Pueblo se escribió en París, desde la nostalgia. Yo soy venezolano, muy maracaibero, pero me siento caribeño, de ese territorio de puertos y piratas. Pueblo es una obra caribeña. Tú no sabes cuánto extrañé el Caribe estando en París, por eso cuando la escribí pensé muchísimo en el pueblo latinoamericano.
—¿Cuál es la responsabilidad social del escritor?
—El escritor mucha veces trabaja como los abogados, es decir, con eso del gremio, yo creo que no hay nada más contraproducente. El escritor no debe ser parte de otro gremio que no sea el del pueblo. Creo además que la responsabilidad del escritor no es hacer novelas políticas, sino hacer buenas novelas.
—¿Está la literatura venezolana en su etapa más creadora?
—La Revolución Bolivariana a nivel de música urbana ha hecho cosas muy bellas, pero en la literatura nos hemos enmarcado en buscar viejos escritores de izquierda que habían sido aplastados y ahora los estamos reivindicando, pero no nos podemos quedar en eso… hay que buscar a quienes estén escribiendo buenas cosas sin importar la edad. Yo creo que sin grandes pintores, músicos, dramaturgos y poetas, una revolución no es revolución.
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Cayendo y corriendo y otros proyectos
> Miguel Ángel Pérez Pirela comparte su rol de escritor con la pantalla chica, donde se desempeña como conductor de Cayendo y corriendo, programa que se transmite de lunes a viernes a las 6:30 am, por Venezolana de Televisión.
Al respecto, Pirela opina que este programa ha tenido un éxito totalmente inesperado, y que además ha sido un golpe muy duro para los periodistas conservadores, tanto de derecha como de izquierda. “Algunos me han dicho que eso no fue lo que les enseñaron en la universidad, pero a mí me bastan las felicitaciones que he recibido de tres personas: Luis Britto García, Ernesto Villegas y Roy Chaderton”, expresa.
> Entre los proyectos que vienen en camino, Pérez Pirela dijo que espera para 2011 publicar dos novelas: Los transparentes, que trata el tema de los desaparecidos en Latinoamerica, y La loca Noriega y su hijo sucio vestido de arlequín, sobre el 11 de abril de 2002. Asimismo, dijo que ahí también viene un libro de cuentos llamado Los espejos no escogen a quién mirar.
María Cristina Martínez/Ciudad CCS
Foto Jesús Castillo/Ciudad CCS

jueves, 4 de noviembre de 2010

Presentación de la novela "Pueblo" de Miguel Ángel Pérez Pirela: viernes 5-11, Celarg, 6:30 pm.


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El viernes 5 presentan novela Pueblo de Miguel Ángel Pérez

Gráfica - Prensa Maelca
Primicias24.com (Prensa Maelca) – El Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de Monte Ávila Editores, invita a la presentación de la novela Pueblo de Miguel Ángel Pérez Pirela. El evento se llevará a cabo el viernes 5 de noviembre en la Fundación Celarg a las 6:30 pm.
Las palabras de presentación estarán a cargo de Carlos Noguera, presidente de Monte Ávila; Roberto Hernández Montoya, presidente de la Fundación Celarg; Prudencio Chacón, presidente de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) y Luis Britto García, prologuista de la obra. El bautizo del libro culminará con la participación del colectivo musical Bituaya.
Pueblo (2010) es una novela experimental y sentimental. En el prólogo Luis Britto García describe al escritor Pérez Pirela de este modo: “El autor es académico y perspicaz analista político, fascinado por los sistemas implacables de Nicolás Maquiavelo y de Tomás Hobbes, y autor de ensayos de impecable construcción racional sobre temas tan actuales como El Estado posible o tan alarmantes como «El paraestado venezolano»”.
Sobre la obra Britto García anota que “Pérez Pirela nos entrega una novela de amor… Pueblo es una historia sentimental. Miles de trabajosos intercambios de abusos y dislates ocurren entre sus personajes. El principal es la omnipresente pasión contrariada, que crea un ambiente tan obsesivo como el del calor. Su opaca frustración redime todo. Dentro de este sentimiento que es como un clima, toda trivialidad tiene su sitio y todo fracaso su redención”.
Miguel Ángel Pérez Pirela (Maracaibo, 1977) es Doctor en Filosofía Política por la Pontificia Università Gregoriana di Roma (Italia), realizó estudios e investigaciones de maestría y posdoctorado en la Universitè de la Sorbonne (Francia). Es autor de obras ? como La apuesta de los dioses (2000), Perfil de la discusión filosófica política contemporánea (2005) y Del Estado posible (2008)