El debate, o mejor debacle, así como lo predije en Cayendo y Corriendo el día anterior, no fue otra cosa que un “monólogo polifónico” contra Chávez: los precandidatos no hicieron otra cosa que criticar al gobierno, a través de un solo discurso (monólogo), pero a cinco voces (polifonía).
Se trató pues de un debate en el cual todos estaban absolutamente de acuerdo en todo. Es decir que se trato de un no-debate. Algo así como el no-cumpleaños de Mafalda.
Pero transportémonos a ese día y recordemos que, al inicio del show, el cogollo opositor y sus plataformas mediáticas crearon un ambiente de zozobra transnacional según el cual el gobierno estaba “coartando” la libertad de expresión.
¿Motivo? Pues según ellos el rrrrégimen estaba “censurando” a través de una cadena, un debate, o mejor dicho debacle, que ni siquiera había comenzado.
En otras palabras, Chávez estaba a las 7:45 pm interrumpiendo “algo” que no existía, que comenzaría a las 8 pm. Sin duda alguna se trataba de algo así como la “guerra preventiva” de Bush, pero esta vez aplicada a la política nacional.
Incluso CNN en español arremetió, amenazando con que transmitiría desde Miami el debate, o mejor debacle, para acabar con el cerco mediático contra el evento en Caracas.
Como era de esperarse, la cadena terminó antes del debate.
Por cierto, no está de más recordar que el gobierno en dicha cadena restituía su dinero a ciudadanos estafados por un banco de los dueños de Globovisión, unos de los organizadores del debate, o mejor, debacle.
La mentira tiene patas cortas: el debate en cuestión se dio con toda normalidad y, evidentemente, CNN en español nunca lo transmitió.
Se preguntarán ustedes ¿qué paso pues en el debate?
Lo que era de esperarse: en el mismo ellos, una vez más y como decimos cada día en Cayendo y Corriendo, “dejaron de ser humoristas y se pusieron cómicos”.
Fue uno de los actos más risibles de la política venezolana contemporánea donde se le daba más importancia a los cortes publicitarios (para vender productos y posicionar a Globovisión) que a los mismos precandidatos.
Fue una oda a lo absurdo pues, por ejemplo, los Gobernadores de Zulia y Miranda (los Estados más inseguros del país) prometían lucha contra la inseguridad-
Este evento fue una de las muestras más fehacientes del surrealismo caribeño, ya que un Pablo Pérez, testaferro político de un prófugo de la justicia (Manuel Rosales) y Leopoldo López, un inhabilitado administrativo por presuntos motivos de corrupción, prometían luchar contra la misma.
Fue de hecho un teatro del absurdo transmitido en directo por La Patilla y sus presuntos fondos narco-para-militares, organizados por los “manitas blancas” y sus dólares constantes y sonantes de la CIA y, claro está, por una Globovisión y sus dueños prófugos por quebrar bancos y especular con automóviles.
A la luz de todo ello propongo muy seriamente al país que el debate, o mejo debacle, sea transmitido todos los lunes a las 8pm (¿el horario de Radio Rochela?) en cadena nacional.
Otra de mis apreciaciones es que definitivamente Chávez, o Cuba o acaso la desaparecida Unión Soviética, le está pagando bajo cuerda a los precandidatos, pues es la única forma que tengo para explicar el espaldarazo que le dieron a la campaña del Presidente quien subió en las encuestas después de esta debacle opositora.
No cabe duda: los que aún tengan alguna duda, aunque ínfima, de por qué apoyar a la revolución bolivariana con todos sus defectos, les aconsejo ver por al menos 30 segundos (no más) el debate, para que no quede ni la más pálida duda al respecto. Tratamiento asegurado, sino le devolvemos su dinero.
Lo cierto es que, dicho por los mismos opositores y sus medios de comunicación, el ganador del debate fue Diego Arria. Vaya ironía: lo único que tenían para vender López, Pérez, Radonsky y Machado era su juventud, y resulta que el ganador en un evento organizado por ellos mismo, es un señor de la tercera edad.
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